Crónica de la excursión a Vitoria.

 

Crónica excursión a Vitoria.
Hoy pasados unos cuántos años volvemos a Vitoria. Nos recibe un día fresquito pero despejado. Bueno para pasear y calentar un poco. Peor es la lluvia para esto. Para iniciar la visita, nada mejor que una casa preciosamente pintada. Los guías nos explican con gran entusiasmo que los murales que vamos a visitar se hicieron con gran participación de la gente del barrio, donde están pintados, junto a otros profesionales, incluso extranjeros. La verdad es que son muy bonitos e interesante la explicación de su significado. Recorremos los del Casco Viejo medieval antes de visitar la Catedral vieja que, aunque sigue en obras, están mucho más avanzadas que en nuestra visita anterior, lo que hace que la visita sea más interesante.
Acabada la mañana, toca comida y a decir de la gente, estuvo muy bien. Se resolvió el equívoco del primer plato, que no había que elegir. Las 3 opciones eran para todos. Estábamos tan a gusto que se alargó y nos perdimos la presentación en el Museo BI- BAT de la parte del Museo de los naipes, recopilado y donado por la familia de Heraclio Fournier. La visita fue por libre, pero resultó igual de interesante. Después pequeño paseo, bus y a Bilbao tras un agradable día. La próxima, finalizado el invierno.