Una mañana en Guggenheim con Yoshitomo Nara.
Iniciábamos las actividades después del verano con esta visita que bien porque la artista se lo merece bien porque hacía meses que no nos veíamos el caso es que tuvimos que reservar un segundo grupo para ver la exposición.
Mereció la pena por la originalidad de la artista siempre en torno de figuras infantiles en diferentes estados de ánimo incluida una etapa antibelicista que bien nos viene en los tiempos que corren.
Nos encontramos con un museo abarrotado que no ha facilitado mucho escuchar a la guía, pero aun, así y todo, resultó muy interesante. A la vista de tanto público la Junta se ha planteado averiguar si es factible y a las personas socias les interesa, probar a hacer alguna visita por la tarde.
El próximo año experimentamos.